PG - [Tipo Agua] Captura Croagunk

Jean había decidido darle una oportunidad a la selva, ya que se enteró de que había aipoms y tropius en el lugar. TROPIUS. Ya se había resignado a no tener uno, pero poder verlos de cerca.. se le hacía genial. Y además quería que Murdoc jugara un rato. Se había negado rotundamente a hacer algo que requiriera practica física desde que fallaron en pasar el segundo gym, y Jean había notado que estaba realmente desanimado.. Asi que se dijo a si mismo que quizás podría servir para animarlos a los dos.

Empacó su mochila, el canguro a la cadera con la pokeball de Murdoc y segun lo usual, Feng quiso ser su escolta. Marchando a su costado, brillando orgulloso de su nuevo color. Ensimismado en sus acciones, e intentando parecer lo mas cool posible, cuando giró el rostro para posarle a lo militar a su entrenador, notó que no estaba por ningun lado.
Intentó no entrar en pánico y se decidió a ubicarse por si mismo... pero no tuvo mucho éxito. Intentaba no parecer lo realmente perdido que estaba, y entre esas una risa escandalosa y contagiosa sonó a sus espaldas.

Se giró, haciendo intentos tontos e inutiles de manejar la expresión aterrorizada de su rostro, para encontrarse con un croagunk que le miraba burlón desde atras de un arbol, contra el que se encontraba recostado.
Feng sintió su parpado hacer un pequeño tic, cuando estiró la pata acusadoramente y le ladró que reirse de los demás era indisciplinado e incorrecto. El rano solo se rió mas. Dio un par de pasos hacia él y comentó en su idioma algo como "hmm.. no sabía que los aipom andaban meando desde los arboles"

El riolu miró a la copa de los arboles que tenía a su alrededor, luego al grass, y luego a si mismo, antes de captar que el otro pokemon se estaba burlando de su color. Se sintió ruborizar bajo el pelaje. "SOY UN RIOLU DE ORO" casi chilló.

"Si, claro, aunque mas que oro.. como que combina con.. orina"

Feng soltó un ruido extraño antes de tirarsele encima para hacer justicia con sus propias garras. Pero por mas que lo intentaba no le asestaba un solo golpe al escurridizo bicho. Jadeó, cansado, y le volvió a ladrar. "Vamos a ver que opina mi jefe".

El otro poke solo se alzó de hombros.

El ranito fue super agradable con Jean cuando Feng se lo llevó a empujones para que lo corrigiera y, entendiendo mal lo que el riolu quería expresar, terminó capturandolo para que formara parte de la familia.

Feng aun le hace la ley del hielo, pero sigue jalandole la basta de los pantalones para que lo lleve consigo a todos los lugares a los que sale. Que su dueño sea un idiota no significa que no sea un humano vulnerable y digno de su sagrada protección. (?)


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Sanz is in the house  
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